Vayan, pues, estas adivinanzas a todos aquellos que, empapados de vuluptuosidad o de la espontánea agudeza, sin saber lo que es la paronomasia, el quiaquismo, la hipérbole, la aliteración o el calambur, las propagaron y transmitieron cuando estaban vedadas por la imprenta y aun la propia voz humana, debido a su carácter descomedido y procaz