No poco han contribuido al aura mítica de Granada y su principal monumento estos Cuentos de la Alhambra que funden realidad y ficción de manera amenísima y que depararon gran fama a su autor y, junto con ella, el reconocimiento de escritores del siglo XIX como Théophile Gautier, Richard Ford o Prosper Merimée.
Todo el libro, desde las propias vivencias de Irving en los salones de la Alhambra a las leyendas fantásticas, aparece bañado por una onírica luz romántica que ninguno de los muchos viajeros o literatos locales que lo imitaron consiguió captar con tanta delicadeza.
Esta edición recupera la primera edición de la obra (1833) en la que fue también su primera traducción española, toda sabor y con un toque de exotismo si no espacial, temporal que conviene a las narraciones.