El microondas es un invento maravilloso para calentar la taza de leche por la mañana. Pero si en vez del desayuno se mete al gato durante diez minutos, el minino se echa a perder irremisiblemente. Los medios de comunicación se parecen al microondas: no son instrumentos diabólicos, pero es preciso aprender a utilizarlos con cordura.
Las posibilidades de riesgo aumentan cuando los consumidores de medios son menores de edad pues están más indefensos y son más moldeables.