"Es uno de los veranos más calurosos que se recuerdan en la huerta murciana. Una abuela y su nieto de once años atraviesan los campos infinitos de limoneros y paleras comidas por la cochinilla. Es allí donde ella quiere mostrarle algo que nadie más ha visto: en una vieja caseta de labriegos, la Pascuala tiene secuestrado a su propio hijo.