Las tragedias íntimas y cotidianas de Dubus se manifiestan en forma de fulguraciones; no buscan dar consuelo, solo le interesa la verdad que se va hilvanando con maestría a través de grandes diálogos y de un sutil humor negro. Un ejemplo más de su talento y sus obsesiones: las relaciones que fracasan, los conflictos y la reflexión sobre el lado oscuro de la naturaleza humana.