"Ethan Frome" -una oblicua historia de amor se convierte, merced al temor recíproco de los protagonistas, en una meditación existencial en la que la crueldad de su desenlace cuestiona la condición humana-, que hoy presentamos con un ilustrativo prólogo de la autora, es un ejemplo perfecto del relato construido en torno a la problemática del punto de vista, técnica que, pese al evidente registro jamesiano, ofrece un fresco narrativo en el que la degradación moral y humana de los personajes, abocados desde el comienzo a la tragedia, remite con despiadada inmediatez a Emily Brontë o a las más sórdidas historias de Hawthorne, también ambientadas en las apartadas comarcas de Nueva Inglaterra.