Presentación; Prólogo; Agradecimientos.
Índice de los fondos documentales y siglas utilizadas.
Primera parte. Éxodo del arte.
Capítulo 1. El Prado bombardeado; Capítulo 2. En el frente del arte; Capítulo 3. Los intentos de intervención internacional; Capítulo 4. El último refugio.
Segunda parte. La movilización de las fuerzas culturales.
Capítulo 5. El acopio de voluntades; Capítulo 6. La constitución del Comité Internacional; Capítulo 7. La postura de los dos gobiernos españoles; Capítulo 8. Las difíciles negociaciones; Capítulo 9. El Acuerdo de Figueras; Capítulo 10. El papel de la Sociedad de Naciones.
Tercera parte. El paso de la frontera.
Capítulo 11. La evacuación al extranjero; Capítulo 12. El extraño caso de un telegrama; Capítulo 13. Del Ampurdán a Céret.
Cuarta parte. Arte en el exilio.
Capítulo 14. De Céret a Ginebra: duelo en las vías; Capítulo 15. El arte español en la Sociedad de Naciones; Capítulo 16. La guerra de los delegados; Capítulo 17. El inventario interrumpido de las obras; Capítulo 18. El contencioso de la devolución.
Quinta parte. De héroes a villanos.
Capítulo 19. La capitalización del «rescate» por el Gobierno de Burgos; Capítulo 20. El protagonismo franquista en la exposición del Prado en Ginebra; Capítulo 21. Una inauguración polémica; Capítulo 22. Éxito y beneficios de una exposición.
Sexta parte. El regreso.
Capítulo 23. La clausura de la exposición y el estallido de la Segunda Guerra Mundial; Capítulo 24. Es de bien nacidos...
Fuentes documentales y bibliográficas.
Fuentes gráficas.
Cronologí
A principios de febrero de 1939, en setenta y un camiones precipitadamente cargados por las fuerzas republicanas, salía de España por la frontera francesa lo más granado del patrimonio artístico español, después de un complicado éxodo que comienza tres años antes, en noviembre de 1936, fecha en la que miles de obras de arte son evacuadas de Madrid a Valencia, más tarde a Barcelona y de allí al norte de Cataluña, escapando de los bombardeos franquistas y siguiendo los pasos del Gobierno republicano. Allí viajaban en apretada compañía los velázquez, los goyas y los grecos del Prado, las más importantes obras de la Real Academia de San Fernando, de El Escorial, del Palacio Real, del Palacio de Liria y de tantos otros museos, colecciones e iglesias. Se trata, sin duda alguna, de una de las aventuras más sorprendentes que pueda imaginarse y, a la vez, de una historia que sigue siendo prácticamente desconocida, a pesar de que gracias a estos acontecimientos el Museo del Prado y los fondos de otros tantos museos y colecciones españoles siguen existiendo.
A principios de febrero de 1939, en setenta y un camiones precipitadamente cargados por las fuerzas republicanas, salía de España por la frontera francesa lo más granado del patrimonio artístico español, después de un complicado éxodo que comienza tres años antes, en noviembre de 1936, fecha en la que miles de obras de arte son evacuadas de Madrid a Valencia, más tarde a Barcelona y de allí al norte de Cataluña, escapando de los bombardeos franquistas y siguiendo los pasos del Gobierno republicano.
Allí viajaban en apretada compañía los velázquez, los goyas y los grecos del Prado, las más importantes obras de la Real Academia de San Fernando, de El Escorial, del Palacio Real, del Palacio de Liria y de tantos otros museos, colecciones e iglesias. Se trata, sin duda
alguna, de una de las aventuras más sorprendentes que pueda imaginarse y, a la vez, de una historia que sigue siendo prácticamente desconocida, a pesar de que gracias a estos acontecimientos el Museo del Prado y los fondos de otros tantos museos y colecciones españoles
siguen existiendo.
