La obra recoge una treintena de poemas que conforman una especie de recorrido vital por algunos momentos de la vida de la hija de la autora, Rebeca, a quien dedica el libro, es un tributo a ella y también a la verdad, la verdad por encima de todo. Su hija Rebeca es autista y la autora ha defendido que ella tenga un espacio en la sociedad, en la calle y entre la gente.