PARDO DE FIGUEROA, MARIANO, 'DOCTOR THEBUSSEM'
Mariano Pardo de Figueroa y de la Serna (Medina Sidonia, Cádiz, 1818-1918). Escritor cultísimo y de múltiples intereses intelectuales, fue el ingenioso polígrafo, de viva inteligencia y gran sentido del humor, autor de innumerables artículos periodísticos y de más de cien obras impresas que firmaría con el pseudónimo de Doctor Thebussem, anagrama de "embustes". Doctor en Ciencias Jurídicas y miembro de las Reales Academias Española, de la Historia y de Buenas Letras, pertenecía también a la Sociedad Histórica de Utrecht, al Instituto Arqueológico de Roma, a las Sociedades de Gastronomía y Filatélica de Londres y fue presidente de "El Arte Culinario de Madrid". Caballero del Hábito de Santiago, le fue también concedida la Gran Cruz de Alfonso XII. Dominó el francés, el inglés y el italiano y fue autor del primer libro sobre filatelia en España y el primer Cartero Honorario del Correo Español. Tan polifacético y notable hombre, conocido en todos los ámbitos del saber a pesar de que las reducidas ediciones de sus libros, escribió, durante su dilatada vida, sobre temáticas tan dispares como la historia, literatura, cervantinos, correos, política, tauromaquia, jurisprudencia, filatelia, heráldica, caza y pesca, gramática, gastronomía, teatro, sigilografía, hacienda, comercio, filología y arqueología. El Conde de las Navas, biógrafo de Thebussem, señala que siendo éste aun joven "se recluyó en su biblioteca y puede decirse que después pasó toda la vida leyendo, estudiando y carteándose con medio mundo de España y del extranjero". La obra que nos ocupa, impresa por vez primera en Burgos, en 1888, trata la vida y obra de Antonio Alcalá Galiano (Cádiz, 1789-Madrid, 1865), político, escritor, orador y crítico literario español, tío del celebérrimo literato cordobés Juan Valera y autor de una de las mejores autobiografías del siglo XIX, Recuerdos de un anciano (1878) ampliada como Memorias (1886) y su relación con Medina Sidonia, patria chica del autor de este cuaderno. Medina Sidonia, tan querida a ambos escritores, deviene no sólo vínculo, si no escenario que comparten biógrafo y biografiado, hilo conductor principal e incluso coprotagonista de esta breve pero interesantísima narración.