POUS DE LA FLOR, Mª PAZ / LEONSEGUI GUILLOT, ROSA ADELA
El sector fundacional español desempeña un papel central en la canalización de esfuerzos privados orientados en beneficio de intereses generales. Su creciente relevancia se refleja en el número de organizaciones que lo componen (más de 9.000 fundaciones activas a finales del 2009), en la diversidad de demandas sociales que satisfacen, en el número de beneficiarios a los que atienden y en el empleo directo e indirecto que genera.
Aunque las áreas de trabajo de las fundaciones españolas son tan diversas y dinámicas como las demandas de la propia sociedad, los fines de interés general priorizados con más frecuencia son la cultura, la investigación, los servicios sociales, la educación y la salud. En tiempos de crisis económica, su papel adquiere más relevancia pues sus actividades no solo complementan las iniciativas de la administración pública sino que anticipan soluciones a las nuevas necesidades.
Se trata de un sector mayoritariamente compuesto por organizaciones «jóvenes», con un 65,3% de fundaciones con una antigüedad inferior a quince años, que aporta cerca de 8 mil millones de euros al Producto Interior Bruto de España y emplea a más de 150.000 trabajadores.
