Hacer una antropología de la Grecia antigua no significa centrarse sólo en aquello que la une con el resto de las civilizaciones arcaicas, sino también en aquello que la distingue. Meier nos da una visión de la democracia griega que, a la manera de Foucault, no está lejos de la disección del discurso del poder y de la comprensión de su microfísica.