En cada imagen aromas de Irán, el ojo de Rosina, una ventana abierta a la ensoñación. En cada página fantasía, un laberinto, una poesía, la polémica, siluetas de realidad. Irán negro sobre blanco. Negro de los velos y de las sombras. Negro de los destinos femeninos amortajados bajo el negro de su velo. La luz y la sombra no dejan de oponerse en las fotografías de Rosina Ynzenga como el masculino al femenino, como el bien al mal.