Habテュa una vez una cigarra que, sentada tranquilamente sobre una hoja, disfrutando del sol del verano, cantaba todo el dテュa. Si veテュa pasar una pareja de ratoncitos buscando semillas, la cigarra cantaba: ツ。Ay, ratoncito, cuanto afテ。n por querer todo el aテアo trabajar! ツ。Cuanto afテ。n, ratoncita: la fatiga te marchita!