Mediante un análisis de la ética de Kant, Levinas, Løgstrup, Badiou, y Lacan, que le lleva a una concepción de la subjetividad basada en la infinita responsabilidad de la demanda ética, Critchley evalúa la posibilidad de la subjetividad política y de la acción después de Marx y del marxismo. El libro culmina con una defensa del anarquismo como práctica ética y como un nuevo medio de propiciar la organización política.