Las Españas perdidas no es una invención. Mientras nuestros conquistadores corrían tierras americanas, estos granadinos derrotados en la guerra de las Alpujarras cruzaban en 1591 el gran desierto del Sáhara, en número de 4000, vencían a orillas del río Níger a un ejército diez veces superior y fundaban su capital en Tombuctú, entonces una ciudad tan mítica como Samarcanda, Atenas o Granada, y donde se habló español hasta finales del XIX. Fue el primer ejército europeo que cruzó el Sáhara, tras haber fracasado en el intento cartagineses y romanos, en busca de las fabulosas minas de oro que en el medievo alimentaban las arcas europeas. Eran exilados sin patria y Yuder les dio un imperio más grande que España, llamado el Sudán.