Los trabajos reunidos en la colección HISTORIA DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES tienen un protagonista: las masas. El análisis de los movimientos sociales ha impulsado el desarrollo de una disciplina -la historia social- ritualmente invocada, a partir de 1930, como parte de la «historia económica y social». Esta rama histórica se ha convertido en campo privilegiado de convergencia de la antropología, la sociología y la historia. Su metodología ofrece la variedad y amplitud propias de una disciplina en rápida gestación, nutrida por polémicas fructíferas.
El único camino que se abre ante el historiador que pretenda desembocar en la explicación científica de la historia política, económica y cultural de las épocas pasadas es el de profundizar en el estudio de los movimientos populares, esas fuerzas subterráneas que los Estados, las religiones, las leyes y las ideas han deseado siempre domeñar.
Cuando Boris Porshnev emprendió el estudio de la enigmática Fronda, observó que la historiografía francesa apenas mencionaba los movimientos populares que la precedieron o la siguieron: la sociedad francesa del siglo XVII quedaba en la oscuridad; oculta bajo el luminoso decorado de Versalles. El historiador soviético orientó su investigación hacia la búsqueda de lo que él llama «prehistoria de la Fronda»: los movimientos sociales protagonizados por los campesinos y por los pobres de las ciudades a lo largo de los veinticinco años que la precedieron, los comprendidos entre las fechas 1623 y 1648. La primera parte de esta obra ofrece un resumen de los levantamientos que se desarrollaron entre esas fechas y la descripción de sus caracteres fundamentales. La segunda parte está consagrada al estudio del problema de la Fronda en su aspecto más general. El análisis de las rebeliones que efectúa el historiador permite establecer la anatomía real de la sociedad francesa de siglo XVII.
