Si algo define estos versos vivos, es precisamente su título. En ellos verán cómo la pasión por la palabra, se muestra en lo vital e inaprensible, en lo «liviano», como dice el autor, en definitiva, en una reflexión sobre el ejercicio de poeta, sentado frente a un folio en blanco o esperando la saliva que sepa pronunciar la palabra precisa, y la vida del alma: recuerdos, soledad, tristeza, azul... Y todo ello en un presente joven. Es lo que algunos han llamado metapoesía, por un lado («versos») y, por el otro, poesía de los asuntos eternos («vivos»).