- Introducción
- De la Ciudad Lineal a la Ciudad Jardín: sobre la difusión en España de los supuestos urbanísticos a comienzos del siglo
- La normalización de lo vernáculo. Un debate sobre arquitectura española en la década de los veinte
- La tradición, lo popular y la raza, elementos de un debate en la arquitectura del primer tercio del siglo
- El desarrollo de las colonias alemanas en la República de Weimar
- De la colonia de casas baratas a la ciudad satélite; del extrarradio al Plan Regional: Madrid 1910-1929
- Cinco notas críticas de Theo van Doesburg sobre la arquitectura española de final de los años veinte
- 'L'Habitation Minimum'
- Iberia: un proyecto de Capital Federal de la Segunda República Española
- Hermann Jansen y el Concurso de Madrid de 1929
- El ocio de las masas: una propuesta de Luis Gutiérrez Soto ante la arquitectura del GATCPAC
- Madrid, 1941: tercer año de la Victoria
- La vivienda en Madrid en la década de los cincuenta: el Plan de Urgencia Social
- Fernando Chueca Goitia, historiador de la arquitectura
- A modo de posfacio. En recuerdo de Ignacio de Solà-Morales
Henry Neff, a pesar de su juventud, no siente ningún deseo de hacer carrera profesional ni de ascender en la escala laboral. Rechaza atractivas ofertas y busca refugio en la oficina de objetos perdidos de una estación de ferrocarril. «A mí me basta con quedarme donde estoy» es su lema, y pronto le sacará gusto a su nuevo puesto de trabajo, lleno de curiosidades y extraños incidentes. Cada día le ofrece encuentros con personas que pierden o dejan olvidadas las cosas más increíbles: un lanzador de cuchillos que echa en falta sus herramientas de trabajo o una actriz que no logra encontrar su guión.
Con un humor tierno y su habitual maestría, Siegfried Lenz presenta al lector el espacio colorista de un escenario sobrevolado por un sutil simbolismo de la pérdida y el (re-)encuentro.
Cuando el amigo de Henry, el matemático bashkirio Fedor Lagutin, es amenazado por violentos sin escrúpulos y las reformas de los Ferrocarriles Alemanes ponen en peligro el puesto de un compañero, Henry se da cuenta de que su oficina no es ningún oasis de felicidad. Entonces toma partido y comprende que la vida también obliga al compromiso.