Yo voy a presentar Sirena del asfalto, de Eva Méndez, su primer libro, que
inaugura para ella un nuevo camino.
Eva Méndez, Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación, Responsable
de la Distribución de la Editorial Grupo Cero e Integrante de la Escuela de Poesía
Grupo Cero en el Taller de Poesía de los sábados a las 5 de la tarde, coordinado por
Carmen Salamanca, abrocha con este libro un pasado ligada a las letras.
Su primer libro, pero lo tiene claro, nos lo advierte desde el título: Sirena del
asfalto, una imagen poética, una combinación imposible, que nos hace sospechar que la
autora se propone extraviarnos con la dulzura de su canto por nuevos caminos y, así,
nos invita a un viaje seductor: El mar, El viento, Islas, Acantilados, las cuatro secciones
del libro.
O también Sirena del asfalto, combinación de fantasía y materia para una mujer
trabajadora que pasea el asfalto arriba y abajo repartiendo fantasía y realidad desde su
trabajo en la Editorial Grupo Cero.
Comienza el libro con un poema, Ave del paraíso, que bien podría ser una
declaración de intenciones: ?yo afilaré mi pico, / alisaré las plumas, prepararé mi
canto., nos dice. Así se nos muestra el libro, un canto preparado, el de una poeta joven
trabajada por la escritura. No hay titubeos en su decir, sólidos pilares sostienen sus
versos, nos nombra algunos: Menassa, Bajarlía, Faulkner, Oscar Wilde; otros, quizás los
adivinemos: Germán Pardo García, Pavesse...
La poesía, su ser poeta, son los protagonistas del libro, los convoca una y otra
vez para crear la vida y declarar a la poesía la única posibilidad de este siglo: ? izaré
velas/ con el aire de la poesía,/ verdadero pulmón de la tierra, /única posibilidad de
este siglo.
Como poeta sabe que el silencio es la muerte y no duda en pedir la cabeza de la
boca que nos negó la palabra, o nos confiesa que sólo una promesa guía sus pasos:
obligar a estas manos de barro/ a escribir imperceptiblemente/ una historia condenada
al silencio. Mano de poeta que, sorteando el silencio, burla la muerte y se declara
inmortal en sus versos.
Conocedora de que la acción es función poética y no verbo sus versos se
despliegan en sustantivos y adjetivos que abren sentidos e indican acción, así podemos
leer en el poema titulado Preguntas: Luces, diapasones y pequeñas piezas, cirugía
electrónica. O en el titulado El centro del huracán: Coordenadas, geometrías de
preciso vacío,/ pulcritud en la obediencia/ hasta inesperados y rebeldes límites.
Y si aún, pese al título del libro, dudábamos de su intención, claramente nos la
muestra declarándose súbdita de la poesía: Inundaré la pequeña historia de aquel que
escucha,/ contagiando este veneno/ inmenso/ de tus abiertas verdades.
Así que, impaciente, decido dejarme contagiar de ese dulce veneno que nos
promete la poeta. Sólo decir para terminar: Hoy, ella, Eva, vive en este libro.
Gracias por compartirlo con el mundo.
Pilar Rojas. "El blog maravilloso"