En la actualidad, todos los consumidores de energía eléctrica, independientemente de la finalidad a la que destinen el consumo, la tensión a la que reciban el suministro o el lugar en el que se encuentren, tienen la posibilidad de elegir suministrador, pactando con él los precios y condiciones en los que se prestará el servicio. Sin embargo, el cliente tiene derecho a continuar en el mercado regulado, por lo que siguen existiendo las tarifas eléctricas, que vienen a cubrir los costes en los que incurren las empresas que actúan en actividades reguladas, así como otros costes necesarios para mantener el sistema eléctrico. Será el instalador eléctrico con conocimientos en esta materia, el encargado de asesorar sobre las opciones, más ventajosas en cada caso al propio usuario, y así éste podrá decidir con pleno conocimiento.