Accidentes, enfermedades, desdichas... Supone una sacudida el aprender que las nuevas limitaciones en tu vida van a ser permanentes. La vida ha cambiado irreversiblemente. Tu mundo se ha derrumbado, pero es posible, incluso en medio del aparente desastre, encontrar una nueva dirección que aporte un significado, que ofrezca un motivo y que proporcione fe.