Cada mañana, Andrés se lo pasa bomba haciendo muecas frente al espejo del cuarto de baño. Cuanto más feas y difíciles, mejor. Pero un día, el Andrés del espejo no le devuelve el gesto, se queda quieto como una estatua. Ahora, Andrés tiene que reaccionar, y rápido, pues todo su mundo se está volviendo patas arriba.
Andrés es un niño al que le encanta hacer muecas frente al espejo del cuarto de baño y, cada día, estas son más feas y difíciles. Pero, una mañana ocurre algo inesperado con su reflejo... y el mundo del pequeño se vuelve patas arriba. ¿Logrará Andrés restablecer el orden natural de las cosas? Un relato divertido sobre la necesidad de tener unos buenos hábitos de conducta.