Rebecca Una es matemática, profesora y está a punto de jubilarse. También es escritora y, a partir de un disparador de escritura, comenzará a recopilar una serie de textos que irán revelando de forma fragmentada y caleidoscopica quién es ella misma en un proceso de memoria, introspección y metaliteratura.
"Escribir es ser valiente. La valentía se construye (o no), como todo texto literario. Y se desmorona. No es comparable al arrojo, que es nervio, y se lleva inscrito en los genes. Ni al lunar estático que de por vida queda grabado en la piel. Tampoco es indeleble como el trazo de un rotulador indeleble. La valentía está hecha de lápiz y se puede diluir. Una no es valiente ante cualquier situación. Una no puede escribirse siempre."
María José Beltrán hace gala de una prosa bellísima, sugerente y evocadora en un libro que despierta el deseo de ser subrayado y escrito en los márgenes. Eloy Tizón no resistió la tentación y lo ha intervenido con una serie de notas a las que él llama discordantes. El volumen se completa con las ilustraciones del artista Hermelando Bernabé Marhuenda.