De los extintos busca un alejamiento de los conceptos clásicos y la lógica, sin arbitrariedades, donde el lector se vuelve partícipe en la creación de sentido. Ana Vicarodi pretende acercarse a la poesía que Pujals describió como neoformalista, o de referencia debilitada o centrada en el lenguaje. El libro irrumpe la formalidad y los significados únicos, convirtiéndose en un desafío de interpretación. Los poemas son una invitación a la Jouissance de Roland Barthes, que va más allá de lo racional: La escritura es esto: la ciencia de los goces del lenguaje, su kamasutra (de esta ciencia no hay más que un tratado: la escritura misma). Ante la certidumbre solo queda leer como solución.