Tienes en tus manos una historia de descubrimientos: del descubrimiento de la fe en quien se admira y se quiere, y de que la amistad, como todas las manifestaciones del amor, puede brotar entre una niña y un anciano. Gabriela, la protagonista, es inquieta, observadora, curiosa, nada le es ajeno, y una tarde en que sube a la buhardilla de su casa a jugar con sus amigas, encuentra a un viejo misterioso dormido en el felpudo. Este hombre no es el mendigo que aparenta, sino alguien que causará un beneficioso desorden en su vida. Ilustraciones de Fernando García
Esta es una historia de descubrimientos: del descubrimiento de la fe en quien se admira y se quiere, y de que la amistad, como todas las manifestaciones del amor, puede brotar entre una niña y un anciano. Gabriela, la protagonista, es inquieta, observadora, curiosa, nada le es ajeno, y una tarde en que sube a la buhardilla de su casa a jugar con sus amigas, encuentra a un viejo misterioso dormido en el felpudo. Este hombre no es el mendigo que aparenta, sino alguien que causará un beneficioso desorden en su vida.