Un libro para todos aquellos que tienen que soportar diariamente a un jefe pesado. Para intentar ocultar su cerovalencia una forma sutil de decir que no da palo al agua, Chantal agita los brazos y pone cara de sufrir reunionitis aguda. La única ventaja es que, cuando cambias de trabajo, tu espíritu se siente más ligero. Porque sí: un día habrá otro trabajo