El bueno de don Bepo, ventrílocuo, se siente viejo y cansado. Coge a Ruperto, su muñeco, y se retira a su pueblo. Una vez allí pone a Ruperto de espantapájaros. Pero Ruperto no se iba a quedar allí plantado. Se va a recorrer mundo.
Artículos relacionados
Otros libros del autor
Vista previa: EL MUÑECO DE DON PEPO
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Puede obtener más información aquí o cambiar la configuración.