En 1988, Estados Unidos vivía el último año del gobierno de Ronald
Reagan, que se había caracterizado por una profundización en las
políticas conservadoras y por una mayor influencia de la derecha fundamentalista
cristiana. El conservadurismo también llegó a la industria
cultural siendo la principal afectada por la censura artística, la música
rock. Ante esta situación, el músico de rock Frank Zappa inició una gira
de conciertos en los que animaba a
los jóvenes a participar en las urnas
para que la inminente cita electoral
supusiese el fin de las políticas del
partido republicano.