GLORIA SÁNCHEZ / EMILIO URBERUAGA
Cuando yo estaba a cargo de la biblioteca del colegio, se me acercó una niña de 6 años con un libro sobre cómo dejar de fumar. Le hice ver que no era un libro para ella, y respondió: «Es para mi padre». Al día siguiente lo trajo de vuelta. Me interesé por ella y «Me dijo que no podía leerlo hasta que no terminase de preparar las oposiciones», fue su respuesta esta vez. La vi irse preocupada y triste. Y yo, como buena fumadora, prometí que algún día escribiría un cuento para ella.