Hard boiled plagado de personajes cínicos que buscan sus propiosobjetivos, de referencias operísticas y filosóficas que nos sitúan enuna Nigeria marcada por los contrastes entre el amor, el sexo, laviolencia y las relaciones diplomáticas.
Cuando Linda leyó en la edición dominical del New York Times que su amante, GiovanniGentile, había muerto degollado en un suburbio de Lagos supo que eracierto porque nadie en su sano juicio se podría haber inventado que un alto miembro de la curia vaticana, papable, de familia italianapudiente, fuese a encontrar la muerte en un burdel de los arrabalesmás violentos del mundo. Y lo odió como nunca se imaginó que se podría odiar a alguien porque no le quedó más remedio que volver a África asaldar cuentas. Todos sintieron lo mismo y cada uno tenía sus razonesinconfesables que nos estremecen porque podríamos haber sido nosotrosmismos los que odiaban como solo se puede odiar a un muerto.