Una locomotora y siete vagones conforman este tren en el que viajan unos poemas mínimos, breves, juguetones y muy dinámicos, que recuerdan a las imágenes que vemos pasar a toda velocidad desde la ventanilla. El lápiz es lo que se usa para no tener un ápice de tonto.
Una locomotora y siete vagones conforman este tren en el que viajan unos poemas mínimos, breves, juguetones y muy dinámicos, que recuerdan a las imágenes que vemos pasar a toda velocidad desde la ventanilla.
El lápiz
es lo que se usa
para no tener un ápice
de tonto.