Aunque las mujeres de la familia Aylward discuten a menudo entre ellas y protagonizan alguna que otra escena, su casa es un lugar de paz y un refugio de la tristeza y la crueldad del mundo. Lo saben bien Eileen y su hija, Saoirse, que crecerá bajo su protección y la de su abuela paterna, mujeres fuertes que lucharán para que ella tenga una mejor vida en una sociedad cerrada y anclada en el pasado.