Vivimos sobre suelos. Ellos son mucho más que la superficie donde nos paramos o la capa material donde se asientan los edificios. Son una fuente de vida. De ellos se extraen recursos, minerales y nutrientes. También pueden convertirse en espacios abstractos que posibilitan el control, el cálculo, las subdivisiones político-administrativas o la especulación financiera. Incluso sirven como la analogía de un destino (habitualmente negativo) que pareciera estar esperándonos al final de nuestra vida. Este libro reflexiona sobre esos distintos suelos, para volver a mirarlos desde una nueva perspectiva o, quizás, desde una no tan nueva, pero que ya habíamos olvidado: la curiosidad y cercanía con que nos relacionábamos con el suelo en nuestra infancia.