Rafael Sánchez Ferlosio regresa con un magistral ensayo, incomparable en su lucidez e insuperable en su maestría lingüística, sobre el sentido y sinsentido de las guerras. Barack Obama dijo de algún estado norteamericano que, deprimido y aburrido por la recesión y por el paro, se había abandonado al culto de Dios y al culto de las armas; de ahí he sacado yo el título God & Gun, que además me parece un lema ideal para un escudo de Estados Unidos. Yo también, sin embargo, entre los quince y los veinte años, era tan religioso como apasionado de la escopeta; por la conjunción de estas dos cosas, mi padre me comparaba con Nemrod y me hacía fiestas recitándome aquello de Génesis 10, 9: ½Nemrod, vigoroso cazador a los ojos del Altísimo+. Estos apuntes empezaron siendo un artículo de respuesta a otro de Fernando Savater, pero ya se sabe que los grafómanos o plumíferos estamos expuestos a la pulsión de desviarnos con cualquier pretexto que se cruce, y ya no puede saberse adónde iremos a dar. Había empezado a principios del 98, pero la oscuridad y la tristeza me cortaron en seco sin acabar el año. Escribí otras muchas cosas, pero la incertidumbre y el escepticismo crecientes que son propios de todo envejecer no me dejaron volver a aquello hasta cumplir los ochenta años: no sé qué impulso me llevó a rematar el actual Libro VII y escribir, como en unos dos meses, todo el VIII, no puedo tan siquiera imaginar cuán distinto del que habría podido prever hace diez años. Rafael Sánchez Ferlosio regresa con un ensayo deslumbrante sobre la historia, la guerra, la religión, el derecho y el fanatismo (pasado y presente). ½Es el hombre más importante de nuestra literatura.+ MIGUEL DELIBES ½Ferlosio es el mayor escritor vivo de la lengua castellana. El mejor y más audaz explorador del alma de las palabras.+ FERNANDO SAVATER ½Es el mejor Premio Cervantes que se ha dado en
«La situación es ésta: aquí estoy yo, Frans Hermans ?Fransje para los más allegados?, reducido a un brazo funcional y cuarenta kilos de carne inerte. He tenido épocas mejores. Aun así mi madre está en la gloria, se habría conformado con una sola oreja, siempre que la escuchara, claro está.»Fransje, el narrador, no tiene más que quince años y acaba de salir de un coma. No puede andar, ni hablar, y sólo puede expresarse a través de la escritura, ya que su mano y su brazo derechos siguen intactos. Pero no está en absoluto desesperado, gracias a las enseñanzas del gran samurái Miyamoto Musashi y a una inteligencia y un sentido del humor que le convierten en el peculiar cronista de Lonmark, el pueblo en el que vive. Y el gran acontecimiento es la llegada de Joe Speedboat, un chico extraordinario, con una vitalidad fuera de lo común, capaz de construir un avión y fabricar las cosas más insólitas con tal de sacar a la gente de Lonmark de su letargo y sacudirles el aburrimiento. Fransje y Joe se convierten en amigos inseparables y, casi sin darse cuenta, abandonan la edad de la inocencia y se encuentran de lleno en terrenos más movedizos, en el oscuro amor por la guapísima y turbadora PJ.Andanzas de Joe Speedboat contadas por el luchador de un solo brazo es una espléndida novela sobre la amistad, el amor y la rivalidad, y sobre los héroes que no saben que lo son. Con un estilo poderoso, riquísimo, Wieringa sumerge al lector en una aventura apasionante, en la que reconocerá la desmesura, la originalidad, la imaginación y la precisión literaria de los grandes narradores.