Bosquera debe existir. Esa es la primera afirmación que encierra la historia que ocupa estas páginas. Bosquera es un espacio de encuentro entre un personaje enigmático de nombre Martín Castro -barcelonés de principios del XX, aficionado a la literatura y el arte, a la botánica, ornitólogo a ratos, y al que podríamos apelar como el waldense de Espadán- y el artista Juanma Pérez. Bosquera está en los dibujos, fotografías, escritos y objetos de Martín Castro, está en la piel de los alcornoques y de las gentes de un valle perdido del interior de Castellón; un hallazgo artístico, antropológico, literario y discursivo desvelado en pleno siglo XXI, que se presenta aquí contextualizado con las voces de reconocidos ensayistas.