«En Levi todo concuerda, todo se sostiene. Médico primero, despuésescritor y artista por una sola e idéntica razón: el respeto inmenso a la vida». Estas palabras de Jean-Paul Sartre, contenidas en uno delos apéndices de este libro descomunal que es Cristo se detuvo enÉboli, describen a la perfección la esencia de un hombre que vivió suvida con una coherencia y una presencia de ánimo fuera de lo común.
Intelectual de origen judío procedente de una familia acomodada del norte de Italia, Levi fue desterrado en 1935 por susideas políticas en el llamado Mezzogiorno, la región meridional delpaís, y en ese lugar «hecho con los huesos de los muertos» descubrióun mundo que no parecía pertenecer a su tiempo, una extraordinariacivilización campesina donde la tradición, la magia y la supersticiónconstituían una forma de vida tanto o más cabal que la que hastaentonces había conocido, y donde sanadores de cerdas, bandidosrevolucionarios, sepultureros encantadores de lobos, vírgenes negras y ángeles jorobados convivían con las figuras más recalcitrantes de lasociedad italiana del período mussoliniano.