La veintena de relatos que componen este libro reviven la experiencia de su autor, el historiador francoalemán Joseph Rovan, en el campo de concentración de Dachau, donde permaneció internado casi un año. Curiosamente, la pequeña ciudad de Dachau está en las cercanías de Munich, lugar de nacimiento de Rovan, quien fue destinado a aquel campo concebido por alemanes y para alemanes porque consiguió mantener oculta su verdadera identidad, pues su origen judío lo habría condenado al exterminio.
A diferencia de otros testimonios, en el tono narrativo de Rovan predominan el pudor, la capacidad de observación y la actitud reflexiva de quien, ante el sadismo y el desprecio hacia la condición humana que alimentaban la maquinaria de muerte nazi, opta por la esperanza, la solidaridad, la resistencia y la confianza en las propias fuerzas y en las de sus compañeros para salir adelante