En esta obra está presente un siglo de teorías y polémicas que concluyeron de manera definitiva, y a contracorriente de la Iglesia, que la Tierra no era plana. La ingeniosa síntesis realizada por los sabios de la Edad Media, entre el mito cosmogónico bíblico de la tierra plana y la representación griega de la tierra esférica, se derrumbó estrepitosamente.