El 11 de septiembre de 2001, un atentado golpea al mundo occidental. Dos aviones se estrellan contra las
Torres Gemelas de Manhattan; América está trastornada; los medios de comunicación no cesan de emitir imágenes de guerra;
el miedo a un nuevo ataque terrorista se propaga; todos los árabes se convierten en sospechosos.
En este
escenario, surge la conversación entre Tahan Ben Jelloun y su hija de diez años, que se encuentra a disgusto entre sus
iguales, musulmanes de origen, ante una televisión que continúa diciendo que «todos los musulmanes son malos».