Un ser del pleistoceno, con sus colmillos curvados, se arrodilla en las arenas del Nilo, cena en "La tour d´Argent" de París, se regocija en las calles de La Habana vieja y busca la eternidad en los llanos de Venezuela. Se trata de un animal fabulado que, partiendo de una lejanía de milenios, acosa nuestra existencia cotidiana, aparece y desaparece, desafía los cielos y los mares, pone a prueba nuestros sueños y se extravía por los caminos del azar. Esto es posible gracias a la palabra fundadora de Gonzalo García Bustillos, porque el mamut/volviendo la mirada / nombra las cosas.