INTRODUCCIÓN
I Apuntes
II 1978-1983
III Y ahora Encarna, en Antena 3 TV
IV Encarna y los políticos
V Las cartas
VI Los juicios
VII Mila Ximénez
VIII Jesús Mariñas
IX La «tita» Pilar
X Nuria Abad
XI El sobrino
XII Josefina y Marujita
XIII El testimonio de Inmaculada Liriano
XIV El robo
XV La Garza
XVI La Gaviota
XVII La última entrevista
XVIII Los últimos días de Encarna
XIX El pacto
XX La muerte de Encarna Sánchez
XXI El testamento y la herencia
XXII Juana María del Pilar Cebrián (Clara Suñer)
EPÍLOGO
ANEXO
¿Quién fue realmente Encarna Sánchez? ¿Cómo era fuera de los micrófonos, cuando no se mostraba al público? ¿Quién se quedó con su inmensa fortuna? ¿Cómo vivió sus últimos días postrada en una cama, aislada de los que la apreciaban? La Señora de la noche, la reina de las tardes radiofónicas españolas, llevó una doble vida que se desvela en estas páginas. Encarna, de noche o por la tarde, en directo o a solas en la habitación de un hotel, fue lo que fue y no lo que algunos se han empeñado en contarnos. Las hemerotecas están llenas de mentiras, de historias inventadas e interesadas algunas, de la propia Encarna, de venganzas de los que en vida no se atrevieron a sostenerle la mirada.
Ella, la todopoderosa, que amasó una inmensa fortuna, mucho más de lo que se ha contado, amortajada en un traje de Chanel blanco, sin joyas, desposeída de todo, no tiene ni una tumba donde llevarle flores. Nada queda de la Señora, sólo el recuerdo tergiversado de su figura. Pero ahora ha llegado su momento, la hora de contar la verdad.
«Ya estoy aquí. Pronto volveréis a sonreír. Pronto vendréis a mi encuentro. Pronto podré decir con todo el valor del mundo: ¡Temblad pedazo de sinvergüenzas!»
Encarna Sánchez