Los tres ensayos que se reúnen en este libro tratan de diferentes aspectos
de la conexión entre literatura e infancia, pero no tanto en la
forma de relación entre un discurso y su objeto, o entre la representación
y lo representado, como de una implicación recíproca entre ambas
nociones. La infancia ha supuesto un punto de referencia básico
en la constitución de lo que llamamos literatura, la cual se ha valido
de aquella para asentarse imaginariamente
en el contexto moderno
al tiempo que ha contribuido de
modo poderoso a dotar a la niñez
del enorme potencial semiótico
que posee en la modernidad. Por
eso hay que insistir en que la infancia
es mucho más que un tema. Y
también se hace preciso constatar
que mucho más allá de los elementos
argumentales o de los personajes
concretos, la infancia ha sido y
todavía es un elemento medular
de la teoría de la literatura.