Mineros, pescadores, leñadores, campesinos... Los personajes que pueblan el universo compacto y coherente de estos relatos son o han sido habitantes de la fría isla canadiense de Cabo Bretón, gentes de vida sencilla, trabajadores manuales que se mueven en un entorno agreste y duro, pero rebosante de una primitiva belleza. En la mayoría de los casos el tiempo los ha llevado a enfrentarse a decisiones difíciles, se han visto obligados a escoger entre la tradición y la modernidad, entre los lazos familiares y la desvinculación, entre las raíces y la ruptura con el pasado.