El pasado español forma parte esencial de la historia de los Estados Unidos. Desde la llegada a La Florida de Ponce de León, España permaneció en el territorio de los Estados Unidos durante más de trescientos años. En ese dilatado plazo tuvo que bregar por un lado con las tribus indias, en general muy reacias a cualquier tipo de asentamiento forastero; y por otro, con la presencia de otros países europeos, como Francia e Inglaterra, en cerrada competencia por hacerse con un hueco en América del Norte. De esta rivalidad salió al cabo vencedora una tercera nación, los Estados Unidos, a la que España ayudó, de una forma decisiva, en la obtención de su Independencia.