La música para el dispositivo cinematográfico y la música culta contemporánea nacieron casi simultáneamente durante las dos primeras décadas del siglo XX. Lo más lógico es que pronto se encontraran para dar lugar a un género musical cinematográfico. Sin embargo, este género no ha sido mayoritariamente utilizado en el cine, probablemente por cierto componente de alejamiento del espectador, quedando encasillada en su asociación y recreación del suspense, la anormalidad y todo lo relacionado con la ciencia ficción y lo extraterrestre, siendo asociada a la descripción de estados psíquicos inestables y a determinados géneros como el terror, las películas de serie B y el cine negro posmoderno.