Pasamos por la vida corriendo, atropellados y ensordecidos por tantas prisas y ruidos, incapaces de ver y de oír, de escuchar y contemplar. Este libro nos puede ayudar a llevar poesía y música por dentro, a ser música y poder escucharla en todas partes. Porque Dios está dentro de todo como discreta levadura incontenible, que sólo espera para dejarse oír un poco de silencio.