Las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones se revelan como un elemento esencial para la mejora de la eficiencia y la modernización de la Administración local. No sólo apoyan la relación con el ciudadano a través de la denominada e-administración, sino que contribuyen a la mejora de los procesos de gestión (el denominado back-office).
Más allá del trámite administrativo proporcionan la
posibilidad de renovar la forma en la que se ofrecen
servicios como la seguridad ciudadana, la gestión de
la movilidad o los servicios sociales.
La Administración Pública se encuentra en la obligación de adaptarse a una sociedad en constante movimiento.