La profecía se ha cumplido, Aulo Cornelio y Lucio Falerio han muerto.
Uno defendiendo Roma de un poderoso enemigo y el otro intentando
salvar el prestigio del Imperio. Su amistad se había quebrantado el día del
festival de Lupercalia, día en el que nace Marcelo, hijo de Lucio, y Áquila,
bastardo de la esposa de Aulo y el caudillo celtíbero Breno.
Marcelo Falerio descubre en los legajos heredados de su padre la traición
y la corrupción. Quinto y Tito, herederos de Aulo, formarán parte
ahora de las legiones que llevarán al triunfo de Roma. Tras un complejo
entramado de personajes, finalmente en la última batalla se desencadenará
el destino final de cada uno de ellos. Áquila entregará a los romanos en
señal de victoria a su verdadero padre, y el amuleto del águila con las
alas extendidas, que cuelga desde siempre de su cuello, hará posible el
reencuentro con su madre.