La consulta a videntes, adivinos y pitonisas se ha convertido en un hábito social. Resulta tentador acudir a quien nos puede anunciar cómo va a ser nuestro futuro. Claro, que también hay que pagar por... adelantado. ¿Merecen crédito el tarot, las rayas de la mano, los naipes, la astrología, la clarividencia, las predicciones...?