Estas ocho historias diseccionan con ojo clínico y una buena dosis de humor negro el día a día de gente corriente que vive en ciudades deprimentes, conduce coches destartalados y trasiega pintas en pubs. Gente con tendencias suicidas, problemas mentales o simplemente mala suerte que a duras penas se mantiene a flote y se siente extranjera en su propia tierra.